Sacrificios de Hermanos Neurotipicos (Lizbeth Ponce)
/Mi hija Camile la mayor tiene 10 años de edad. Mi Andres hijo el mejor tiene 6. Ellos dos han tengo que madurar a muy temprana edad. Es muy triste la realidad que el dia que yo ni mi esposo esten ellos tendran que hacerse cargo de su hermana. Han tenido que ser mas comprensivos mas pacientes mas responsables. Ellos me ayudan al diario con mi hija. Por ejemplo me ayudan a ponerle sus zapatos oh a servirle su comida oh calentarle el lonche. No se que haria si no fuera por la ayuda de ellos. Mis hijos han tendio que sacrificar una vida normal. El simple hecho de viajar es un impossible. Ella se pone muy nerviosa ah estar en el aeropuerto cuando vamos por familia que nos viene a visitar no puedo imajinar como ella se comportaria si nos tuvieramos que subir al avion. Hemos tenido que fallar muchas fiesta por el simple echo de que talvez la musica esta demasiada ruidosa, oh talvez hay muchisima jente. Cuando ella tenia 4 oh 5 años de edad hera un impossible entrar ah un restaurante oh ah un lugar nuevo. Atraves de los años y con persistencia y nunca darnos por vencidos hemos logrado ir ah lugares nuevos. No ha sido facil pero tampoco impossible.
Mis hijos han sido testigos de los sacrficios que hemos tenido que hacer con tal de mantenerla tranquila y agusto.
Un ejemplo, mis hijos han sido envitados ah varios cumpleaños de sus compañeros de escuela pero por mi hija no hemos podido ir. Siempre corrémos el riesgo de que ella no este agusto y nos temgamos que ir. Eso disgusta a mis hijos so mejor es mejor no ir.
Muchas de la veces el no poder ir es por el simple echo de no tener dinero. Una persona con autismo como mi hija requiere assistensia en todo, todo el dia. Por estar con ella y cuidarla no eh podido tener trabajo eatable. Si cuando estan en la escuela pero luego hay vacasiones y nadie quiere cuidar ah una persona especial. Mas los riesgos de darla ah cuidar son otros. La vida de tener un hijo autista no es nada facil. Pero lo asemos con amor y muchisima pasiensia.
Lizbeth Ponce